Puede decirse que la intimidad representa un ámbito privado, inmediato al individuo, imprescindible para lograr un desarrollo cabal y armónico.
En la actualidad, la evolución de las tecnologías de la información, ha permitido que los medios de comunicación masiva ocupen un espacio cada vez más amplio en la vida comunitaria. Bajo la enmienda de “estamos más cerca de usted”, por ejemplo, algunos noticieros demuestran la capacidad que tienen para hacerse presentes en las distintas esferas de la vida no sólo pública. Y así mismo, la gama de imágenes e información que se “ofrece” a la sociedad tiene que ver cada más con situaciones relacionadas con la intimidad de los individuos.
De tal suerte podemos afirmar que el derecho a la intimidad es, hoy en día, el derecho más amenazado por la libertad de expresión. En realidad asistimos a un enfrentamiento entre dos libertades: la del individuo para disponer en su espacio privado y la de un medio de comunicación para vulnerar esa esfera cuando considera que algo puede ser de interés general.
Lo cierto es que la repetición incesante de incidentes similares hasta convertirlas en una práctica común, ha menoscabado, ante la colectividad, el estatus de este derecho. De ahí a comerciar con él hay solo un pequeño paso, que por cierto ya se ha dado con los “programas de realidad”.
Ésta situación nos lleva a una pregunta: ¿un derecho humano como el de la intimidad, es renunciable por contrato, a cambio de un beneficio económico?
Aquí algunos ejemplos de violación a la intimidad por los medios de comunicación:
En la red:
La ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, ordenó enérgicamente la suspensión, sin goce de haber, de las cuatro policías que aparecieron en un video en Internet vistiendo diminutas prendas y con poses sugerentes
Las policías sabían que estaban siendo grabadas por una compañera, pero no pensaron que algún infeliz iba a subir las imágenes a la red.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseguró este viernes que "no hay ningún escándalo" en las fotos publicadas hoy por el diario El País, pero que se trata de imágenes tomadas en su residencia de Cerdeña y ello supone "una violación de la intimidad y una agresión escandalosa".
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